La saga del “Megxit” se reavivó este mes cuando Meghan describió que el Palacio de Buckingham había “dictado” los detalles del certificado de nacimiento de su primer hijo y del príncipe Harry. La ex actriz de Hollywood dijo que el Palacio la había obligado a eliminar su nombre de pila “Rachel Meghan” un mes después de que naciera Archie, en junio de 2019. Según los informes, Meghan se sintió ofendida por la suposición de la institución de que quería ser “sin nombre” en el certificado de nacimiento de su propio hijo.
Esto ha abierto una herida ya enconada entre Meghan, Harry y el establishment real de Reino Unido.
Ha pasado más de un año desde que la pareja se marchó a Norteamérica, primero se instaló en Canadá y después se trasladó a Los Ángeles.
Se marcharon tras anunciar a través de un post de Instagram sus intenciones de labrarse un “papel progresista” fuera de la Firma.
Muchos vieron en ello el último desaire a la monarquía, con informes que sugerían que criticaban a la Reina y a la familia por ser “arcaicas”.
Arthur Edwards, fotógrafo de la realeza, se mostró de acuerdo con esta opinión.
Hablando durante el documental “Harry & Meghan: The Next Step”, dijo que Meghan, en particular, había transmitido su ultimátum a la Reina en el ámbito público.
El Sr. Edwards dijo: “Que un alto miembro de la Familia Real decida renunciar e irse a vivir al extranjero es algo bastante serio”.
“Hace unos años, Meghan Markle trabajaba en un programa llamado Deal or No Deal.
“Hoy, está haciendo un trato o no trato con la Reina de Inglaterra a través de un altavoz”.
A pesar de dejar la primera línea de la Familia Real, la pareja pareció inicialmente intentar aferrarse a sus títulos.
Poco después de anunciar sus planes de crear marcas personales, apareció una nueva página web.
SussxeRoyal.com llevaba “meses de preparación”, según una fuente real, y empujaba la nueva libertad de Meghan y Harry como árbitros de la marca real fuera de la Familia Real.
Muchos se opusieron a la medida, incluido el periodista real Robert Hardman.
