sábado, mayo 11

El ‘efecto mariposa’ puede explicar algunas causas genéticas del autismo

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Un “efecto mariposa” puede ayudar a explicar cómo se activan los genes del ADN relacionados con el autismo. Un nuevo estudio sugiere que, a través de este complejo efecto dominó, las mutaciones en genes no relacionados con el autismo terminan influyendo en la actividad de los genes vinculados al trastorno.

¿Cómo funciona esto? El ADN contiene material genético llamado promotores, que esencialmente activan y desactivan genes. Debido a que el ADN está retorcido y enrollado en forma tridimensional, estos promotores pueden controlar genes que se encuentran lejos de ellos en la secuencia del ADN. En otras palabras, si se estiraran todos los pliegues del ADN, el promotor y los genes estarían muy separados, pero la introducción de pliegues en la molécula los acerca. El promotor y los genes que controla forman una “unidad” reguladora llamada dominio topológicamente asociado (TAD).

Debido a este complejo mecanismo, alguien que no tiene mutaciones en genes relacionados con el autismo aún puede desarrollar el trastorno debido a mutaciones en otras partes de su genoma: en los promotores. Esa es la idea explorada en el nuevo estudio, publicado el viernes (26 de enero) en la revista Cell Genomics.

El autismo es altamente hereditario: se estima que entre el 40% y el 80% de los casos están relacionados con genes transmitidos de generación en generación. Sin embargo, el autismo también puede ser causado por mutaciones que surgen espontáneamente en el ADN.

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Estas mutaciones se han descubierto recientemente en regiones “no codificantes” del ADN, que comprenden aproximadamente el 98,5% del genoma. Estas regiones incluyen promotores y se conocen como “no codificantes” porque no contienen instrucciones para construir proteínas, como sí lo hacen los genes.

Hasta ahora, se sabía poco sobre cómo las mutaciones en el ADN no codificante afectan la probabilidad de que una persona padezca un trastorno del espectro autista (TEA). El nuevo estudio comienza a abordar esa pregunta.

Los autores del estudio analizaron los genomas de más de 5.000 personas con autismo, junto con los de sus hermanos que no padecían la enfermedad y actuaron como grupo de comparación. El equipo buscaba específicamente la presencia de mutaciones no hereditarias. Utilizaron técnicas especializadas para capturar la configuración 3D del genoma y definir los límites TAD alrededor de los genes relacionados con el autismo.

El equipo encontró una asociación directa entre el autismo y los mecanismos reguladores de genes relacionados con TAD, específicamente los TAD. Este es un breve resumen.

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