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El ‘microbioma de la muerte’ descubierto en cadáveres en descomposición podría ayudar a los forenses

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Los microbios que se esconden en los cadáveres humanos en descomposición podrían ayudar a los detectives forenses a establecer el momento de la muerte de una persona, según un nuevo estudio.

La investigación, publicada el lunes (12 de febrero) en la revista Nature Microbiology, implicó colocar 36 cadáveres humanos en tres lugares durante la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Los científicos eligieron lugares geográficamente distantes entre sí (en Tennessee, Texas y Colorado) y que tenían un clima templado y húmedo o un clima semiárido.

Se tomaron muestras de ADN de la superficie de la piel de los cadáveres y del suelo circundante durante los primeros 21 días de descomposición. Aquí es cuando las tasas de descomposición son generalmente rápidas y dinámicas, ya que los tejidos comienzan a descomponerse rápidamente.

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Al decodificar todo el ADN, los científicos revelaron que los cuerpos tenían el mismo perfil de microbios independientemente de la ubicación, el clima o la estación. Estudios anteriores habían identificado miembros clave de este perfil, pero se limitaron a experimentos de laboratorio o a ubicaciones únicas.

“Lo que terminamos encontrando fue una gran cantidad de microbios que aparecieron en cada conjunto de datos. Estos fueron los descomponedores clave en cada entorno”, dijo a WordsSideKick.com Zachary Burcham, primer autor del estudio y profesor asistente de investigación en la Universidad de Tennessee. .

Esta red de alrededor de 20 microbios estaba formada por una mezcla de bacterias y hongos que normalmente están ausentes del cuerpo humano, es decir, hasta que comienzan a descomponerse. Durante el estudio, los investigadores descubrieron que estos microorganismos aparecían en los cadáveres como un reloj en puntos específicos durante el período de descomposición de 21 días. Esto los llevó a sospechar que los insectos involucrados en el ciclo de descomposición, como las moscas azules (Calliphora) y los escarabajos carroñeros, eran los responsables de introducir estos microbios, posiblemente trayendolos de un cadáver anterior que visitaron.

Burcham dijo que descubrieron que, además de ver los mismos microbios apareciendo en los cadáveres, también descubrieron que los microbios aumentaban y disminuían en abundancia a medida que pasaba el tiempo, en forma de ondas. Al rastrear estas ondas de los diferentes microbios, combinar todos los datos y utilizar un modelo de aprendizaje automático, descubrieron que podían calcular cuánto tiempo llevaba descomponiéndose un cuerpo. Este es un breve resumen.

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